A comienzos de
los años 60, un joven Calisto Tanzi convirtió una planta de pasteurización de
leche en Parma en una multinacional que ofrecía productos alimenticios de
consumo diario en medio mundo. El éxito de la empresa era visible en la
adquisición del equipo de fútbol local, el Parma A.C. que de la mano de los
Tanzi vivió una era dorada. Pero Parmalat creció comprando otras compañías, y
para ello recurría a la acumulación de deuda. Algunas de esas compras
resultaron ruinosas. Finalmente, la empresa se tuvo que declarar insolvente y
Tanzi fue arrestado. Él reconoció haber desviado fondos de la empresa y haber
incurrido en fraude. Ahora la compañía sigue funcionando, aunque no con el
tamaño de sus mejores días.
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